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Imagen: Murciélago de cueva, en la sima del Daví. Autor: Marc López

En un escenario de cambio climático en el que puede aumentar tres grados la temperatura a mediados de siglo, es fundamental garantizar la conservación de los murciélagos para la salud del planeta, ya que comen grandes cantidades de insectos y contribuyen así a reducir la propagación de enfermedades. Esta es la principal conclusión de la Jornada «Más de setenta años de investigación de quirópteros en la Red de Parques Naturales» de la Diputación de Barcelona, que se celebró el jueves 24 de octubre, Día mundial contra el cambio climático, en Barcelona.

Según el doctor Jordi Serra Cobo, investigador del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona (IRBio-UB), “la conservación de los quirópteros es primordial para el mantenimiento de la salud ambiental y la salud humana. Consumen gran cantidad de insectos, algunos de ellos vectores de enfermedades emergentes como el virus del Nilo occidental o el Dengue…”. Así, explica que la colonia de murciélagos de la sima del Daví, la mayor de Cataluña con unos 17.000 individuos, puede comer entre veinte y treinta toneladas de insectos cada año.

Los seguimientos a largo plazo proporcionan información sobre las tendencias poblacionales de las especies y permiten tomar medidas de conservación antes de que sea demasiado tarde. En la sima del Daví, en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i L’Obac, los estudios sobre la colonia de murciélago de cueva (Miniopterus schreibersii) empezaron en 1952, hace 72 años, de la mano de Enric Balcells Rocamora. Es, por tanto, uno de los seguimientos más largos que se ha hecho en el mundo y una referencia para la investigación de los quirópteros y la salud pública.

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