El sistema de áreas protegidas debe estar eficazmente integrado en la matriz territorial, protegiendo las zonas clave ligadas al suministro de los servicios de los ecosistemas, mejorando la conectividad socioecológica, desarrollando instrumentos de planificación que contribuyan a construir territorios sostenibles y resilientes. La protección de los ecosistemas marinos debe seguir impulsándose.

Metas para el 2020

  • Las áreas protegidas se reconocen como elementos esenciales en la planificación territorial y están integradas eficazmente en los instrumentos de ordenación del territorio.
  • Se promueve el efecto demostrativo de las áreas protegidas como modelos de gestión respetuosos con el funcionamiento de la naturaleza en el conjunto el territorio.
  • La gestión integrada de zonas costeras es el modelo a impulsar, incluyendo el conocimiento ecológico local y particularmente las buenas prácticas de la pesca artesanal.
  • Las estructuras de gestión están adaptadas a las realidades socioecológicas territoriales.
  • Las áreas protegidas constituyen las piezas estructurales esenciales de las redes ecológicas del territorio conectadas con la infraestructura verde urbana para favorecer la integración urbano-rural.
  • Se promueve el modelo de Reserva de la Biosfera, concebido como un modelo integrador, dinámico y flexible de ordenamiento territorial, donde destaca la dimensión cultural e identitaria de la población.

Tipos de acciones

  • Desarrollar instrumentos de planificación de sistemas de áreas protegidas y estrategias de planificación más amplios, a escala ecorregional.
  • Desarrollar alianzas que fortalezcan las relaciones naturaleza-sociedad para contribuir a reducir desequilibrios territoriales.
  • Incorporar las áreas protegidas como elementos vertebrales de las redes ecológicas interpretadas desde el punto de vista legal como infraestructura verde.
  • Desarrollar proyectos que integren a las áreas periurbanas como elementos esenciales en la integración urbano-rural.

Experiencias