
La guerra afecta a las personas y a la naturaleza. Hasta ahora, aproximadamente el 30% de los lugares protegidos de Ucrania se han visto afectados por la guerra. Recientemente, la situación ha empeorado tras la destrucción de la presa de Kokhovka, en el río Dnipro, la mayor del país. La inundación, destinada a interrumpir las operaciones militares en desarrollo, ha afectado colateralmente a todas las áreas protegidas situadas río abajo, incluidos cinco parques nacionales, dos sitios Ramsar y una reserva de la biosfera. Además, el Parque Natural Nacional del Bajo Dnipro, el mayor del país, ha sido arrasado. El impacto medioambiental de la destrucción intencionada de la presa es catastrófico y un ejemplo de utilización de los recursos naturales como arma.
La Federación EUROPARC organiza el 12 de julio a las 11.00 horas un webinario para reflexionar sobre como la guerra afecta a los espacios naturales protegidos. Pep Amengual, del Organismo Autónomo Parques Nacionales, modera el evento en el que Anastasiia Drapaliuk, experta del Grupo Ucraniano de Conservación, y asistente del Diputado del Pueblo de Ucrania, compartirá sus experiencias sobre el terreno en las zonas afectadas. Anastasia abordará una dimensión de la guerra que suele quedar fuera de foco durante un conflicto militar debido a las dramáticas consecuencias en la vida de las personas: el efecto de la guerra en la biodiversidad y las áreas protegidas de un país en guerra.